La técnica tradicional japonesa para tatuar nació entre los siglos XVIII y XIX.
Los denominados «Horishi», artesanos japoneses, desde ilustradores, diseñadores de cometas, escultores hasta oficios relacionados con la xilografía o trabajos de impresiones y grabados, consagraron sus habilidades al arte de hacer tatuajes y aplicaron su talento para desarrollar una técnica que ha perdurado en el tiempo, el «Tebori» ó “Grabado manual”.
Con lo que comenzó una increíble historia hacia la transformación del Microblading tal como lo percibimos y usamos hoy en día
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